Se define a la ergonomía como aquella disciplina multidisciplinar que tiene como finalidad estudiar todo el abanico de actividades y conductas laborales, a partir del reconocimiento e indagación de los aspectos materiales (herramientas de trabajo), los humanos (rasgos cognitivos, físicos y organizacionales del recurso humano), y los ambientales (la influencia positiva o negativa del entorno en el cumplimiento de los objetivos laborales).
Como se puede ver, la ergonomía es una ciencia de gran amplitud y con pocas limitaciones al momento de abordar una determinada realidad laboral y diagnosticar su funcionamiento.
Es posible que los autores y participantes de un estudio ergonómico le den a éste un determinado enfoque y enfaticen determinados objetos de estudio según las necesidades de información y las conclusiones a las que se quiera llegar.
Casi siempre, y a pesar de este recorte necesario en el abordaje de la investigación ergonómica, todos los elementos que forman parte de la ergonomía están interrelacionados, por lo que estudiar más concienzudamente alguno de estos aspectos, implicará analizar obligatoriamente rasgos de los otros.
Se parte de la base de que todo trabajador debe contar con todos los instrumentos y herramientas necesarias para desempeñar correctamente sus funciones. Cuando se habla de instrumentos nos referimos a un ordenador, el escritorio adecuado, una silla compatible o adaptable a ese escritorio, y a la fisonomía corporal del trabajador; también nos referimos al espacio en sí mismo en el que se dispone de todo lo anterior, sus dimensiones, y su adaptabilidad a las características de las funciones encomendadas. Pero en el amplio espectro de la ergonomía, y sobre todo cuando se decide estudiarla en profundidad, no sólo son los componentes “macro”, los que se ven, los que se tienen en cuenta; sino que los pequeños elementos básicos con los que se hacen las tareas más habituales e inconscientes, también forman parte de las consideraciones a estudiar por la ergonomía. Los elementos que forman parte de esta última categoría parecen de menor importancia, pero sólo es una sensación, ya que, como el resto de los aspectos estudiados, su provisión y su correcta utilización son parte del resultado final.
Pero los materiales que en el ámbito laboral o de una oficina se considerarían como instrumentos componentes de la ergonomía en ese contexto, también forman parte imprescindible en otros ámbitos con distinto nivel de exigencia, por ejemplo, en el del estudio o escolar. Como bien expone Pedro Sanz, director comercial de Disofic, especialistas en material escolar ergonómico en una entrevista que hemos leído en internet, es el mundo escolar el que más protección debe llevar, sobre todo porque el cuerpo de los niños está en plena formación y cualquier problema en edades tempranas puede degenerar en enfermedades articulares en la edad adulta.
En referencia a esto último, nos referimos a los artículos que conforman la categoría del material escolar, tan necesario como el de oficina para que el estudiante, sea del nivel que sea, concrete sus tareas y ejercicios sin las presiones del “no puedo avanzar porque me falta esto o aquello”. El ejemplo anterior es una clara muestra de que la falta de materiales necesarios para la consecución de una tarea o trabajo, es sinónimo de atraso, pérdida de tiempo y limitación. Como el oficinista o administrativo, el estudiante o escolar, debe contar entre sus herramientas básicas de trabajo con: bolígrafos, marcadores, cuadernos de registro, pack de papel de fotocopias o escaneo (el más clásico: 80 gr A4), bloc de notas, adhesivos pequeños para datos sucintos y rápidos, líquido o cinta de borrados y correcciones, grapadoras de hojas (las hay disponibles de distintos tamaños y calidades), accesorios de encuadernación y guillotinas, entre otros muchos componentes. Es importante destacar que, debido a las exigencias y las características de las funciones, los materiales ergonómicos necesarios, pueden variar sustancialmente entre una oficina administrativa, un estudio contable, un estudio de arquitectos y un escritorio de estudiante. Sin embargo, no se puede negar que buena parte de estos materiales de librería, diseño e impresión serán de uso común, independientemente de cada especialidad o actividad.
Fuente foto 1: (tecnalia.com) Fuente foto 2: www.calasanz-santander.com Franco Maiolini Sánchez